El siglo XIX mexicano mantiene en la figura de Porfirio Díaz un fragmento emblemático de la historia nacional.
Se trata de un capítulo en el que un mexicano, entre azarosas circunstancias políticas y militares, logra conquistar la primera magistratura de su país y tras cuestionar la reelección de sus contendores, posteriormente se ve seducido por perpetuarse en el poder.
¿Quién fue Porfirio Díaz?
Fue un militar y político que, a fuerza de insurgencias y oportunidades electorales, logró llegar a la Presidencia de la República. La suerte lo puso muy cerca de Benito Juárez, cuando éste daba clases y Díaz era apenas su alumno. Pero algo más que la suerte lo llevó después a sustituir a su mentor.
Biografía de Porfirio Díaz
José de la Cruz Porfirio Díaz Mori nació en Oaxaca el 15 de septiembre de 1830. A los tres años de edad quedó huérfano de padre, un descendiente de español llamado José Faustino Díaz, que se esposó con Petrona Mori, una mujer hogareña de origen mixteco.
En 1843 se matricula en el Colegio Seminario Conciliar de Oaxaca. Pero poco tiempo después abandonó la ruta eclesiástica para seguir la carrera de Leyes en el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca.
En 1846 se enrola en la vida militar. Tal decisión se da en el contexto de la guerra entre México y Estados Unidos. El estallido de la llamada revolución de Ayutla, que se había pronunciado contra Antonio López de Santa Ana, provoca el cierre del Instituto y por consecuencia se frustra su proyecto de graduarse en Leyes.
Experimenta una carrera militar ascendente. Le tocó participar en la guerra de Reforma que se libró entre 1858 y 1861, donde se enfrentaban liberales y conservadores. Díaz se puso al lado de los liberales. Luego de obtener la victoria llevaron a Benito Juárez a la Presidencia en 1861. Porfirio Díaz sería ascendido a general, y le nombran diputado.
Juárez se niega a pagar la deuda a Francia. La invasión abanderada por el país galo se sucedería entre 1862 y 1863. Como resultado quedaría coronado emperador de México, Maximiliano I, entre los años 1864 y 1867.
Ahora a Porfirio Díaz le toca liderar el asalto a Puebla contra las tropas francesas. El 2 de abril cercó a la capital mexicana y logró la caída del emperador y el ascenso nuevamente al poder de Benito Juárez.
En 1870 vuelven a celebrarse elecciones y Díaz inscribe su candidatura junto a la de Lerdo Tejada y la de Benito Juárez. Los resultados favorecen a Juárez, y Díaz denuncia públicamente que ha habido fraude electoral.
En 1871 pone en marcha el Plan de La Noria en contra del reeleccionismo. Fracasa, por lo que tiene que abandonar México. Un año después, al morir Juárez, Díaz regresa al país, pero es Tejada el que asciende a la Presidencia.
En 1876 Tejada quiere la reelección, y Porfirio Díaz sale al paso con el Plan de Tuxtepec, lo que genera el exilio de Tejada a Nueva York.
La muerte de Porfirio
Díaz, que se había opuesto frontalmente a la reelección de sus contendores, en un principio aceptó las reglas del juego político y cedió a la alternabilidad. Sin embargo, años después, no dudó en pensar de otra manera. Esas contradicciones comenzaron a violentar los cimientos de su poder.
Tras el intento frustrado de erigirse indefinidamente como mandatario, el 31 de mayo de 1911, se embarcó con destino a Francia. Bajó en París donde el 2 de julio de 1915 murió producto un progresivo endurecimiento de las arterias lo que se complicó con una disentería.
El Porfiriato
En efecto, El Porfiriato es un periodo que califica a los diferentes momentos en que Díaz ejerció el poder en México. Para los años 1876-1880 el Congreso lo declara presidente constitucional. Y no tardó en acelerar una reforma a la normativa con el objeto de detener el afán de la reelección presidencial en forma consecutiva.
Bajo esta idea entregó el poder a su sucesor Manuel González para los años 1880-1884. Aguardó su turno y en 1884 salió nuevamente a ocupar la primera magistratura. En 1887 introduce ante el Congreso una enmienda al Artículo 78 de la Carta Magna, en la que es posible una nueva reelección.
Ya en el poder por una vez más, en 1890, insiste por la reelección indefinida, asunto que lo puso en el poder hasta 1911. No obstante, sería el comienzo del fin.
Del Porfiriato a la Revolución Mexicana
Los diversos mandatos de Porfirio desencadenaron en una serie de eventos como la reducción de las instituciones políticas. Su gestión era calificada como una farsa democrática. Inició la persecución política al adversario y propició la censura a la prensa.
A partir de 1890 gobernó al país de una forma personal, por lo que todas sus acciones empezaron a estar al margen de la Constitución Nacional. Ahora su mandato giraba en torno a un desorden político y militar, donde la desigualdad social impulsaba el descontento popular.
Aportaciones de Porfirio Díaz
Sin embargo, el balance de la obra económica de Díaz apunta hacia el auge del país. Crece el intercambio comercial por los puertos y las vías férreas. Se expande la explotación minera y del petróleo.
Pero la expropiación de las tierras a los campesinos e indígenas, para favorecer a los latifundistas, fomenta el descontento.
La población asentada en las ciudades es privilegiada por los avances en la política educativa, el desarrollo cultural destaca en la expresión creativa e intelectual. Esta manifestación de crecimiento no se refleja en las zonas rurales, que viven al margen.
Reelecciones de Porfirio
El afán por la reelección indefinida se manifiesta en el deseo de Porfirio Díaz por perpetuarse en el poder. A pesar de ello pregona elecciones libres, lo cual abre el entusiasmo hacia la participación política.
No obstante, para Francisco Madero, el discurso de Díaz es parte de la farsa, y por esta razón, se levanta con el partido Antireeleccionista.
Madero, un político que provenía de una familia acaudalada y que había estudiado fuera de México, cae preso. Se fuga de la cárcel y huye hacia Estados Unidos. Desde ese país proclama el Plan de San Luis. Manifiesta la ilegalidad de las elecciones y desconoce el mandato de Díaz. El 20 de noviembre de 1910 Madero llama a la población a levantarse en armas y sacar al dictador del poder.
La concentración de la riqueza en pocas manos, en detrimento de las clases desposeídas, dio lugar al movimiento de la Revolución Mexicana. En mayo de 1911 Porfirio Díaz reconoce que debe abandonar el poder y acepta firmar la paz con los maderistas. Renuncia a la Presidencia y deja el país.